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martes, 14 de septiembre de 2010

Es difícil asegurar si hubo un cambio en ella a partir de esa noche. La búsqueda había finalizado. Nunca sabremos si descubrió ese nuevo orden o si recuperó aquello que siempre fue parte de ella, sin saberlo. Las visitas cada vez se hicieron más recurrentes. Siempre la misma bienvenida. Se transformó pronto en un hábito, e incluso en un deber que Amanda estuvo dispuesta a cumplir a diario. Algo tenía el extraño. Era su voz, sus ojos, sus grandes cejas indefinibles, labios escamosos, los colmillos, las garras y su olor. Ese olor a sudor de perra, a tierra seca, a humo ácido, a veneno para ratas que tanto la idiotizaba. Cómo evitar caer una y otra vez bajo el hechizo de aquellas garras de arcángel fétido, con aires de bestia común, que descansa en sus máscaras de misterio y pudor cantado.

SI TU MADRE LO SUPIERA...

domingo, 5 de septiembre de 2010

CÓDIGO.-

Inestable, insoportable, ininteligible.
Sin manual armaron carga defectuosa,
¿Qué te puedo decir?
Nadie comprende el idioma.
Es el idioma, sin duda.
El idioma de los rugidos audaces, maullidos inocentes,
chillidos inescrutables,
inestables, insoportables, ininteligibles,
que sólo se oyen por las cavernas,
donde pequeños monstruos esperan sentencia,
o tal vez la llegada
(¿Sería posible?)
de un organismo capaz de hablar.
Palabra tras palabra el monstruo es liberado o,
tal vez, cautivo...
Y esto, señores, no es cuestión de cálculo.