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jueves, 19 de diciembre de 2013

What a girl wants



Quiero un Dios que me regale un pony,
Quiero un Dios que se tiña las canas.
 
Quiero que mi Dios tenga el perfecto bronceado de Krishna, los músculos de Zéus y la popularidad de Jheová.

Quiero un Dios que me ame,
Quiero un Dios con un gran pene,

Quiero que mi Dios se parezca un poco a mi padre, que tenga algo de mi hermano y de mi mejor amigo. Quiero que tenga algo de ese profesor, algo del hermano mayor de mi amiga y del vecino de la casa 4.

Quiero un Dios de pelo en pecho,
Quiero un Dios que se depile las nalgas,

Quiero un Dios que se quite la túnica y que arroje esas sandalias a la basura. Este Dios será un LATINLOVER de mocasines y camisa abierta.

La madre de Chile (fragmentito)

Miriam está orinando sentada en el balde de pintura. Saca monedas de su bolsillo y comienza a contarlas.

Miriam: Llevamos siete lucas. Siete mil seiscientos cincuenta, más un cagao que me dejó treinta pesos guachos. Los medios autos y le andan dejando a una veinte o treinta pesos… y esperan  que una les dé las gracias. Pero no hay pa’ qué andarse calentando la cabeza. Si me deja menos de gamba, a la vuelta lo agarran los cabros. Allá en esa esquina lo acorralan, por cagao. A los que dejan sus güenas moneas, les digo que se vayan por otro lado. Lo justo es justo. (Se para, se sacude, arregla su ropa y arroja el contenido del balde a la tierra) Los cabros a veces se vienen a meter acá. Como siete cabros de éste porte, chiquititos. Cuando eran guaguas yo les regalaba yogures cuando andaban ajuera. Me daba pena que anduvieran botados. Una no sabía si habían comido, si dormían en la calle… aparecían de repente y al otro día no estaban. Siempre cochinos, sin zapatos…y como no hablaban, nadie sabía de quien eran los cabros. Ahora los más chicos tienen como seis o siete años y como trece o catorce tiene el más grande, el que los manda. Los más chicos se meten a las casas, se pasan por entremedio de las rejas y entran por las ventanas de los baños. Puta que me daban pena antes, pero ahora, tengo que andar con esto (Muestra un fierro grueso), pa defenderme y pa que no me anden abriendo los autos. Así un camote me llegó en la caeza y otro así de éste volao me llegó en la esparda. Casi me matan la guagua, no ve que ando enferma. Una cuando está preñá no puede andar tirando camotes, por eso, un solo fierrazo y listo. Pero lo tengo por si a caso no más…prefiero mandarles autos pa la esquina, así no se vienen pa acá… que agarren a los cagaos. Que les quiebren los vidrios, que los muelan a patás, que les meen el hocico…y que se metan sus treinta pesos por la raja. Lo que es yo, apuesto que me hago más de diez lucas de aquí al mediodía. Y si la hago todos los días tengo setenta lucas a la semana…y en un par de años me forro en plata ¿Cierto pirgüín? Vo vay a usar pañales de los caros. Nunca se te va a cocer el poto. Vo vay a ser otra weá. Vay a ser presidente, vay a ser alcalde, vay a ser carabinero. Pirgüín carabinero, pirgüín paco, mi propio paco, mi paco chico. Vay a tomar leche de la más cara y te vay a pitiar a todos los cabros ¿Cierto pirgüín? Falta alguien que les meta miedo, falta que los dejen derechitos. Eso falta. Falta plata y faltan pacos.